La Teología y el Método Ver, Juzgar y Actuar



Al acercarnos al quehacer de Dios en la humanidad y a la reflexión profunda sobre la fe, nos surgen algunas interrogantes. Ante todo,  ¿quién es ese Dios en el que decimos creer? ¿Qué nos mueve para hacer una reflexión teológica? y ¿Cómo hacer una reflexión teológica y desde que lugar? En definitiva, dar respuesta a estas cuestionantes es una empresa que necesitaría mucha reflexión y personas con más conocimiento teológico para hacerlo. En este escrito sólo se dará un pequeño acercamiento al método ‹‹ver, juzgar y actuar››.

I. Antecedente bíblico-teológico


1 El grito

Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo encontramos un tema muy particular: el grito del hombre y Dios que escucha ese grito.

            1.1  ¿Dónde está tu hermano?

En el relato del libro del Génesis encontramos el asesinato de Abel por parte de Caín, su hermano. Es interesante el diálogo de Dios con Caín: ¿Dónde está tu hermano?...Se oye la sangre de tu hermano clamar a mi desde el suelo (Gn 4,9). Dios escucha la realidad que ha atentado contra la vida y la fraternidad.

1.2 El llanto del pueblo

El libro del Éxodo nos ofrece el acontecimiento de la liberación del Pueblo de Israel. Estando Israel esclavo en Egipto Dios le dice a Moisés, al encomendarle la misión de liberar al pueblo: He visto la aflicción de mi pueblo en Egipto; he escuchado el clamor ante sus opresores y conozco sus sufrimientos (Éx 3,7). Ante la realidad de opresión y sufrimiento de un pueblo, Dios no se queda sordo, escucha y envía a Moisés para que libere a su pueblo y lo conduzca a la tierra prometida.

1.3 Jesús y el grito.

En los evangelios encontramos muchos pasajes donde el amor, la ternura y la compasión de Dios, quedan manifestadas en la persona de Jesús. Ante muchas situaciones Jesús escucha el sufrimiento, el dolor y la injusticia que se cometían en su entorno.

Frente al sufrimiento de los enfermos, de los marginados y de los pecadores, Jesús siempre tiene el mensaje del Reino de Dios. Por la fe en Jesús los enfermos quedan sanos, los leprosos, los paralíticos, la hemorroisa, etc. Los pecadores siempre encuentran la acogida de Dios.

En la entrada de Jesús en Jerusalén encontramos un pueblo que aclama a Jesús. En este acontecimiento de la vida de Jesús el pueblo clama ¡Hosanna! Palabra que no fue traducida del arameo al griego y en la mayoría de ocasiones tampoco al castellano. El ¡Hosanna! del pueblo, significa ‹‹Sálvanos››, ‹‹Rescátanos›› o ‹‹Libéranos››. Estamos ante un grito del pueblo que quiere salvación, el rescate o la liberación de una situación que amenaza la vida 1.

Jesús en la cruz eleva su grito al Padre: ‹‹¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?›› (Mt 27, 46), ‹‹Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu›› (Lc 23,46).

El Nuevo Testamento culmina con el grito de la comunidad: ¡Ven, Señor Jesús! (Ap 22,20), a pesar de la persecución se mantiene la esperanza en Aquel que ha de venir.
En el grito Dios dice y se pronuncia, hay un quehacer de Dios, encontramos una acción salvadora, liberadora de Dios en su pueblo.  

Con todo lo anterior queremos resaltar el hecho de la fe en el Dios que está con su pueblo, que lo ha creado, que lo libera, que lo conduce por el desierto y lo lleva hasta la tierra prometida. Dios que acompaña a su pueblo en su historia. Fe en Dios que vive y camina con los pobres, oprimidos, marginados; la fe en el Dios de Jesús de Nazaret, en el Dios del Reino, que ante la muerte, el odio, la guerra, la desigualdad pronuncia su Palabra, Jesús Muerto y Resucitado-Exaltado.

Al mismo tiempo, presuponiendo la fe en el Dios liberador que ha hecho opción preferencial por el pobre con espíritu, colocamos el grito, la realidad, la praxis como punto de partido y como punto de llegada, teniendo entre ambos, la mediación de  la voz de Dios ‹‹la Palabras Revelada››, metodológicamente hablando, en el que hacer teológico.

II. Orígenes y difusión del método ‹‹ver, juzgar y actuar››

El método ‹‹ver, juzgar y actuar›› tiene sus orígenes en el método de revisión de vida de la Juventud Obrera Católica, que era animada por el P. Joseph Cardijn en las década de los treinta del Siglo XX; posteriormente fue asumido por la Acción Católica. Se trataba de una metodología para la acción transformadora de los cristianos en su entorno y superar así el divorcio entre fe y vida. Seguida de la primera guerra mundial, con la revolución industrial, las emigraciones y el desarrollo de las ciudades marcó la emergencia de grandes masas de trabajadores en las fábricas. La Juventud Obrera Católica, con la revisión de vida, se propuso que los jóvenes trabajadores descubrieran el sentido cristiano de la vida y la capacidad de transformar la historia desde la propia vocación2.

Una de las causas principales del éxito de este método fue el que representaba un método inductivo, porque partía de la situación, apartándose de los métodos tradicionales deductivos, que ideas generales y universales deducían lo que se debía hacer 3 .

III.   Momentos del  método

1.    Ver

Al referirnos al ‹‹ver›› inmediatamente se colocan frente a nosotros el órgano visual, los ojos, y los objetos que puestos delante de nosotros podemos verlos, observarlos, analizarlos. En el caso del método teológico que pone como primer momento el ‹‹ver››, un acto que involucra al sujeto que ve, y lo que se puede ver  que es visible por el efecto de la luz, los objetos puestos frente al sujeto que ve, son iluminados por la luz.



El sujeto que observa ya posee un a priori de lo que puede ver y posee una concepción del mundo y de la naturaleza que lo conduce a conceptualizar lo que mira. Y ante lo que no se conoce con certeza, el sujeto tiende a hacer analogía, el sujeto lo asocia con lo que conoce y conceptualiza lo que ha conocido.

El sujeto que ve posee una perspectiva de la realidad, eso nos lleva a decir que cada sujeto puede tener una concepción del mundo y la naturaleza distinta; cada uno puede percibir de diferente manera un mismo objeto. Con esto decimos que la visión no es igual para todos 4 .

En el caso del método teológico que estamos tratando, el ver es la medición socio-analítica, es arrancar de la praxis, de la realidad histórica, del grito que surge como luces, sombres, causas y tendencias 5 . Comienza por inclinarse sobre las condiciones reales en que se encuentra el oprimido, de cualquier orden que sea.

De lo que se trata es hacer una observación crítica de la realidad, echando mano de las herramientas facilitadas por las ciencias sociales. Esto pretende conocer la realidad en profundidad, estudiando el fondo ideológico de las personas, su horizonte y la filosofía imperante.

Un distinguido profesor decía que para conocer la cultura de un pueblo, él tenía que ver el templo parroquial, el cementerio, la plaza central y el mercado. Ya que en estos lugares podemos valorar la fe, el arte y la forma de relacionarse. Claro, en profundidad esta puede ser una concepción muy humilde de lo que queremos decir sobre el ‹‹ver›› como parte del método.

En la mediación socio-analítica se pretende la toma de consciencia de la realidad, escuchar el “grito” del pobre y del oprimido, de la realidad histórica que se está viviendo. Desde la fe escuchar lo que Dios dice en la realidad y a lo que me mueve Dios en esa realidad.

2.      Juzgar

Como segundo momento tenemos la medición hermenéutica, es el paso en que desde la Palabra de Dios se lee la realidad. Es hacernos la pregunta ¿Qué dice Dios sobre esta realidad? Vamos a la Escritura, a la Revelación de Dios con el “grito”, con toda la problemática de sufrimiento, dolor, exclusión, opresión, marginalidad, desigualdad en la que se vive. La hermenéutica que se hace en este segundo momento implica interrogar a la totalidad de la Escritura desde la óptica del “grito” 6 . Es aquí donde se hace vida el “Pronunciando” de Dios, donde la Revelación de Dios no se agota.

En el ‹‹juzgar›› podemos incluir dos momentos: el de la iluminación teológico-pastoral (fundamentos bíblicos y del magisterio eclesiástico), y el diagnóstico, en la que se formulan los “Desafíos”, lo que hace falta para alcanzar el ideal descrito en la iluminación 7 . La Palabra de Dios es escuchada, meditada, reflexionada y compartida. Esta Palabra es la que me habla y le habla a la realidad concreta. Esta Palabra es el “filtro” de la realidad y de mi realidad, que quiere conducir a la conversión estructural y personal.

En esta parte del método, la comunidad está de frente a dos proyectos: el Reino y el Anti-Reino. Esta es la hora del discernimiento, se contempla el “Deseo” de Dios y la realidad, realidad que no en todo está contra el Reino, pero que contiene el germen del anti-reino. La comunidad que ya ha hecho su opción fundamental que es Dios, su Reino, tiene delante una realidad de opresión, de miseria, de víctimas, que es desenmascarada por el Plan amoroso de Dios que es su Reino.

En el relato evangélico de las tentaciones de Jesús en el desierto podemos encontrar como frente a Jesús se colocan dos proyectos: el proyecto del mal y el proyecto de Dios. Lucas coloca como primera tentación el hecho de que el diablo le dice a Jesús: ‹‹si eres Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan.›› Jesús responde a dicha incitación: ‹‹No sólo de pan vive el hombre.››; Mateo  agregará a la respuesta de Jesús que el hombre vive ‹‹ de toda palabra que sale de la boca de Dios.›› (Lc 4,4 Mt 4,3-4). Ante la realidad de hambre, miseria e injusticia de la Palestina del tiempo de Jesús, la propuesta del proyecto del mal, de saciar el hambre individual, olvidándose del hambre y desigualdad que sufre el pueblo, la Palabra que sale de la boca de Dios será la solidaridad, el banquete del Reino que es para todos. Es ahí donde el método nos conduce a realizar una hermenéutica que discierne; el Pronunciando de  Dios da un horizonte, deja claro su proyecto de vida y fraternidad.

Del discernimiento que se hace de un proyecto que ha tomado el mal como forma de vida y del plan salvífico de Dios que es Reino, ubica a la comunidad de parte de qué proyecto está y hacia cual horizonte se quiere llegar. El hombre que es consciente de su realidad y de la realidad, y quiere seguir a Jesús y proseguir su causa, se plantea el “Desafío”: la conversión, la transformación de la realidad personal y de la realidad histórica, de la realidad estructural-social, que la Palabra de Dios y el magisterio eclesiástico ha iluminado.

3.      Actuar

En el tercer momento del método en el que estamos adentrándonos, encontramos la mediación práctica, el ‹‹actuar››. El método arranca de la praxis y lleva a la praxis teniendo como foco central la fe y el misterio revelado. Tendemos con esto a cambiar la realidad de la que hemos partido. Expresa lo que hay que hacer para responder a la situación analizada y valorada en el juzgar 8 .

Partiendo de la vida de Jesús, el evangelio de Lucas nos relata que después de haber tenido la experiencia en el desierto, Jesús vuelve a Nazaret, donde se había criado, va la sinagoga y lee el texto del profeta Isaías: ‹‹El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Noticia…››, al finalizar la lectura profética Jesús expresa que ‹‹Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír››. (Cf. Lc 4, 14.16-22). El Espíritu que ha inspirado la Escritura y la Tradición lanza a la comunidad cristiana al anuncio de la Buena Noticia. Anunciar el evangelio de la vida a aquellos que no tienen vida en abundancia; anunciar de palabra y de obra la Buena Noticia de la liberación a aquellos que nunca reciben buenas noticias.

En los evangelios encontramos a un Dios operante, a un Dios actuante. No es un Dios que solo baja la mirada para ver a la tierra, sino el Dios de Jesucristo, el Dios de las Bienaventuranzas que vive y camina con su pueblo, haciendo presente su Reino en este mundo. El ‹‹actuar›› es la misma ‹‹Palabra›› creadora del Génesis ‹‹hágase›› (Gn 1,3). Ese mismo Espíritu que crea en el Génesis y da vida a todo por la ‹‹Palabra››, es el que mueve a la comunidad a ‹‹actuar››, a hacer vida el proyecto liberador de Dios, creando y transformando la realidad histórica en el ‹‹banquete del Reino››.

En la praxis encontramos el análisis coyuntural, donde se aprecia la correlación de fuerzas presentes. De igual manera se generan proyectos y programas, propuestas de lo que es históricamente visible. Se plantean las metas, estrategias y las tácticas más convenientes. Se tiene en cuenta la forma de relación ética y evangélica, mediante los valores y criterios de la moral y de la fe. Finalmente se puede llegar hasta el discurso del obrar directo, llevando hacia la acción, sirviendo de puente entre decisión y ejecución 9 .
Encontramos aquí una praxis integral, de todo el hombre y de toda la comunidad. El hombre que vive y anuncia el evangelio de Jesucristo y la comunidad que vive y proclama la buena noticia de la liberación.


IV. Aplicación pastoral del método

El método ‹‹Ver-Juzgar-Actuar›› en el campo pastoral ya es utilizado en muchos documentos eclesiásticos, en muchas diócesis y parroquias. En este momento sólo hacemos mención de cómo algunos lo utilizan para realizar la pastoral.

El método persigue una Evangelización Liberadora, donde la comunidad viva y anuncie la alegría y la buena noticia de la liberación. Para ello se elabora un plan pastoral que está compuesto de: Marco de la Realidad (ver), Marco Doctrinal (juzgar) y Marco Operativo (Actuar)



Marco de la Realidad

Marco Doctrinal

Marco Operativo
Realidad social
Realidad educativa
Realidad familiar
Realidad infantil
Realidad de los jóvenes
Realidad de la mujer
Realidad del adulto mayor
Realidad del hombre
Realidad de la salud
Realidad política
Realidad geográfica
Realidad religiosa
Realidad económica
Realidad tecnológica
Realidad ecológica

Sagradas Escrituras
Magisterio Eclesial
Magisterio Latinoamericano
Cartas pastorales

Objetivo general
Objetivos específicos
Tareas
Programación
Evaluación




Esta parte del plan se puede hacer con el siguiente esquema:



¿Qué?
¿Quiénes?
¿Cómo?
¿Cuándo?
¿Dónde?
Evaluación
Están presentes los objetivos, las acciones a realizar 
Se colocan los responsables de ejecutar los objetivos y actividades
Muestra las estrategias que se tomarán para llegar a los fines propuestos
Forma parte de la programación o calendarización, coloca la fecha de realización

Especifica el lugar donde se llevarán a cabo las actividades y a los que van dirigidas.
Se coloca el tiempo en el que será evaluada la actividad, para ver los logros, limitantes y sugerencias.





V. Espiritualidad del método

En el recorrido de esta pequeña aproximación al método hemos integrado el aspecto bíblico-espiritual del mismo. Iniciando con el elemento constitutivo de la fe en el Dios que escucha el grito de su pueblo sufriente y que se manifiesta cercano y solidario con la esa realidad. El método lleva inmerso el Espíritu de la Liberación integral del ser humano, tanto en el ámbito personal como social. El método persigue al hombre mismo, impregnándolo de un espíritu crítico y esperanzador, un espíritu que lo conduce a leer los signos de los tiempos y a mantenerse en continuo discernimiento y en continua conversión.

Partiendo de la realidad, el método pasa por la experiencia del desierto, de la purificación, de la escucha de la vos de Dios, para hacer siempre nueva la experiencia con el Dios de Jesucristo.

El método conlleva una actitud espiritual de constante renovación a través de la Palabra y del Magisterio. Coloca a los cristianos en la actitud del Bautista, colocarnos en el desierto para comenzar de nuevo nuestro itinerario espiritual. Haciendo opción preferencial por los pobres y orientar la vida en la construcción del Reino de Dios.

En el método tenemos presente dos momentos fundamentales: el  Celebrar y Evaluar. La comunidad celebra creativamente su fe. Fe que brota de la acción liberadora de Dios. Los sacramentos se celebran como encuentros con Jesús y con la comunidad, la Eucaristía es la fiesta de la comunidad, donde cada hermano tiene un puesto y una misión.

La evaluación es parte del momento del actuar en el proyecto pastoral. Al mismo tiempo en el ámbito espiritual cada cristiano y cada comunidad, debe valorar su entrega por vivir y anunciar la buena noticia del Reino de Dios.

Somos conscientes que no hemos profundizado en: 1) la vinculación de este método con la Teología de la Liberación para dar énfasis al método en sí, y 2) que dicho método de alguna manera y en algunos lugares se ha desvirtuado, se saltan algunos de los pasos, se ha tendido a reducirlo a una mera actividad social y se ha dejado de un lado el ámbito espiritual personal, aspectos que hemos preferido no ahondarlos por motivos de espacio y para presentar de manera humilde y suscita la propuesta del Método  ‹‹Ver-Juzgar-Actuar››.

Boris  Rivera

1. Cf. Bruce J. Malina-Richard L. Rohrbaugh, 1996, Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea del siglo I, Comentario desde las ciencias sociales, Editorial Verbo Divino, Navarra, p 192.
2. Cf. Biord Castillo Raúl, 2004, Ponderación Teológica del Método Ver, Juzgar y Actuar, ITER,  REVISTA DE TEOLOGÍA No. 34, Caracas, p 20.
3. Ibid… p 21.
4. Cf. Biord Castillo Raúl, 2004, Ponderación Teológica del Método Ver, Juzgar y Actuar, ITER,  REVISTA DE TEOLOGÍA No. 34, Caracas, p 29.
5. Ibid…, p 33.
6. C. Boff, 1990, Epistemología y Método de la Teología de la Libración, Mysterium Liberationis I, Editorial Trota, Madrid, p 107.
7. Cf. Biord Castillo Raúl, 2004, Ponderación Teológica del Método Ver, Juzgar y Actuar, ITER,  REVISTA DE TEOLOGÍA No. 34, Caracas, p 37.
8. Ibid…, p 40.
9. C. Boff, 1990, Epistemología y Método de la Teología de la Libración, Mysterium Liberationis I, Editorial Trota, Madrid, p 113.