Las tentaciones

Cuaresma, triunfo del proyecto salvador de Dios en la historia

 Homilía de monseñor Romero

Primer domingo de Cuaresma

24 de febrero de 1980


Introducción

La homilía corresponde al Primer domingo de Cuaresma, el 24 de febrero de 1980, las lecturas que comenta son: Deuteronomio 26,4-10, Romanos 10,8-13 y Lucas 4,1-13. Es una de las últimas homilías de monseñor Romero, es muy extensa por lo que se hace difícil poder hacer una síntesis en pocas páginas. En esta homilía Romero hace una introducción, seguida de la reflexión de la palabra de Dios, con su tema central: Cuaresma, triunfo del proyecto salvador de Dios en la historia, y lo desarrolla en tres ideas: Victoria de Cristo sobre el enemigo del proyecto salvador de Dios, La actuación del Espíritu Santo como fuerza del proyecto salvador de Dios y Por la fe somos participantes de la victoria del proyecto salvador de Dios. Continúa la homilía con la vida de la Iglesia y con los hechos de la semana y finaliza con una breve conclusión.
                                                                                          

Primera parte: Introducción

La introducción de la homilía correspondiente al primer domingo de Cuaresma del año 1980, inicia con un saludo, Monseñor lo hace hoy de manera breve, sólo dice: “Queridos hermanos”. Luego del saludo, Romero comienza a hacer una ubicación litúrgica, explicando que ha iniciado el tiempo de cuaresma, lo expresa diciendo que ha comenzado ya la liturgia de la santa Cuaresma. Para explicar qué es la cuaresma hace referencia del Concilio Vaticano II (SC 109). Después de citar el concilio resalta los siguiente aspectos: 1) La Cuaresma es un tiempo de preparación para la Pascua, 2) Medios de preparación de este tiempo: Los sacramentos del Bautismo y la Penitencia, 3) Instrumentos de preparación: intensidad en la oración y en la reflexión de la Palabra de Dios; es un tiempo de mucha oración y de mucha Biblia.
Al referirse a los instrumentos de preparación se detiene un largo espacio en el tema del atentado a la emisora YSAX, radio de la Arquidiócesis. Ubica y describe el hecho: dice que el lunes (18 de febrero de 1980) fue destruida la planta de la emisora al explotar una bomba, responsabiliza a un grupo de ultraderecha; lo califica como un nuevo atentado, como una gran violación a la libertad de expresión, que pretendía querer callar  la voz profética y pastoral de la arquidiócesis, ya que la radio estaba tratando de ser voz de los que no tienen voz, porque había estado denunciando la sistemática violación de los derechos humanos, porque había tratado de decir la verdad, defender la justicia y difundir el mensaje cristiano. Monseñor aprovecha este domingo para protestar enérgicamente por este acto represivo que no es sólo contra la iglesia, sino contra el pueblo, ya que con el atentado a la radio se quería evitar, que el pueblo conozca la verdad, que tenga criterios para juzgar lo que está sucediendo en el país y que llegue a unirse para decir un ¡Basta ya!, que se ponga fin a la explotación y dominación de la oligarquía salvadoreña. La ausencia de la radio en el aire, en la opinión de Romero, sirvió para darle más vigor moral a la palabra de la iglesia.
Monseñor deja un momento para dar agradecimientos por las muestras de solidaridad. Agradeció el respaldo que le hicieron los obispos del Brasil por medio de un telegrama y de una llamada telefónica. En respuesta a este acto de solidaridad, Monseñor recoge los aplausos del pueblo. Agradece el telegrama de la Junta Revolucionaria de Gobierno, quienes manifestaron que deploraban y condenaban el hecho. Resaltaba la expresión del pueblo, de gente que habían derramado sus lágrimas por el hecho. Da lectura a la carta que enviaron los miembros del Comité Animador de Pastoral de Salud. Resalta los gestos espontáneos que iban surgiendo: en un cantón de la parroquia de Colón que recogieron una colecta para la radio; un taxista que le dio a Monseñor cinco colones para la radio mientras entraba por las calles de San Salvador; unos jóvenes de Sonzacate que le dieron un donativo, al igual que la diócesis de Santa Ana. Agradeció a los medio de comunicación social, que publicaron el boletín del arzobispo y algunos hicieron un editorial en homenaje a la emisora. Reconoce a los técnicos de la UCA que se ofrecieron para levantar lo más pronto posible la emisora. Resalta un gesto, que Romero llama “simpático” de la gente, una cantidad de hermanos presentes llevan grabadoras para llevar en casetes la homilía. También estaba presente un representante de Radio Noticias del Continente, de Costa Rica, la cuál iba a transmitir la misa.
Termina la introducción suplicando a todos tomar en serio la Cuaresma, de nada sirve la palabra que vibra y suena si no se encarna en la vida del cristiano; invita a ser verdadera Palabra viviente, luz del mundo, sal de la tierra. Que al terminar la cuaresma se ofrezca a la patria un pueblo renovado, aferrado a la cruz del Señor dándonos el verdadero proyecto de Dios para salvar a nuestro país.

Segunda Parte: Explicación de la Palabra de Dios

La segunda parte de la homilía es la explicación de la Palabra de Dios, el tema centra de la homilía está titulado: Cuaresma, triunfo del proyecto salvador de Dios en la historia. La homilía la desarrolla con los siguientes pensamientos:

1. Victoria de Cristo sobre el enemigo del proyecto salvador de Dios.

            En este primer punto coloca como tema la victoria de Cristo sobre el enemigo. Explica que este domingo la Palabra de Dios habla de una victoria. Es Cristo quien vence al enemigo.
            Romero presenta a Cristo como el hombre que va a aprender en la experiencia personal de cada hombre, el valor de la tentación para afianzar las convicciones del ser humano. En la escena de las tentaciones aparecen dos proyectos: el proyecto de Dios y el proyecto del demonio. Expresa que el demonio le ofrece a Cristo un proyecto de soluciones fáciles y hace la comparación con los políticos, quiénes dan soluciones inmediatistas. La palabra de Dios es justicia. Dice que el pan que debe alimentar a todos tiene que ser la justa distribución de los bienes, cuando el rico se prive de lo que tiene para compartirlo con el pobre, una sociedad arreglada según el corazón y la justicia de Dios.
            Romero está convencido que no hay que buscar soluciones inmediatistas. Para decir esto parafrasea al papa Pablo VI, cuando hablaba de los métodos artificiales contra la natalidad: privar la vida a causa de la mala distribución de los bienes, lo que se necesita es que haya pan para todos. Hace un llamado a la conversión de los corazones, a vivir la austeridad. No hay alegría más grande que ganarse el pan con el sudor de la frente, y no hay pecado más diabólico que quitarle el pan al que tiene hambre.
            Continúa la homilía diciendo que el diablo le muestra a Cristo todos los reinos y las glorias del mundo, y se los dará si lo adora. Cristo responde con el proyecto de Dios: Sólo a Dios tienes que adorar. Cristo no se ha vendido a la idolatría del poder. Aquí dice que es una tremenda lección para El Salvador. Los hombres en El Salvador se pelean por el Poder. En el proyecto de Dios no hay idolatría para el poder. Romero cita la carta pastoral donde expresa que uno de los servicios que la iglesia está prestando hoy es desenmascarar idolatrías.
            La verdadera liberación, para monseñor Romero es enseñarles a los hombres que existe una lucha entre los poderes fáciles de la tierra, los cuales atropellan la dignidad del hombre. Para Romero los poderosos que torturan, matan, masacran son idólatras del poder, no tienen en cuenta el poder de Dios que es el único poderoso.
La tercera tentación, donde Cristo es colocado en el pináculo del templo y el demonio le pide que se tire, Romero la interpreta como una prueba para ver si Cristo era un Mesías fácil, pero Cristo no quería ganarse al pueblo dándoles soluciones vanidosas. El proyecto de Dios no es así, dice Romero, porque el proyecto de Dios es la sencillez del hombre que por su fe, sin pretensiones de dominar a nadie, se adhiere a Dios. No hay necesidad de una religión triunfalista, ni de una política triunfalista.
            Cristo triunfa sobre el proyecto del mal y se aferra al proyecto de Dios. Romero exhorta a todos los cristianos a hacer lo mismo. El camino de la cruz es el único que lleva a la verdadera victoria. Monseñor hace la súplica para que durante toda la cuaresma no se olviden de la figura maravillosa de Cristo en el desierto.

2. La actuación del Espíritu Santo como fuerza del proyecto salvador de Dios

            El evangelio insiste en decir que Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto. Comentando la primera lectura, Romero dice que en ella se narra el credo del pueblo de Israel. Es creer en un Dios encarnado, en el Dios de la historia. Monseñor hace toda una reflexión sobre el credo del pueblo de Israel. Esta fe de Israel era su propia política. Dios tiene que iluminar también la política. Dios es el que quiere el reparto más justo de los bienes que El Salvador produce.
            El Espíritu Santo es el que ha inspirado el credo de Israel, el que le da unidad a toda la historia de Israel. La Biblia es la historia del pueblo de Israel, es el modelo de todas las historias de todos los pueblos. Romero aprovecha para animara a todos a leer la Biblia para aprender a relacionar fe y política. La historia de la salvación la va haciendo Dios en la historia de cada pueblo. La historia que el Espíritu Santo anima tiene para el pueblo cristiano un motivo maravilloso que es la resurrección. Romero cree que la historia de los pueblo debe ir hacia la resurrección. Esta resurrección debe saborearse ya en la historia y se tendrá definitivamente cundo se disfrute plenamente el reino de Dios. Cristo ha resucitado aquí en El Salvador. Nuestra historia resucita en la medida en que nos dejemos conducir por el Espíritu que conducía a Jesús.

3. Por la fe somos participantes de la victoria del proyecto salvador de Dios.

En este punto monseñor Romero rescata los elementos de la segunda lectura, en la que San Pablo describe cuál es el proceso y el contendido de la fe cristiana. Lo primero es proclamar la Palabra de Dios para hacerla cercana a los hombres. La misión de los cristianos es esta, acercar la palabra a los hombres, igual que la radio, hace referencia a la YSAX . El siguiente paso es aceptar la palabra en el corazón. La fe debe transmitirse con el buen ejemplo, con la honradez, y siendo modelo de la palabra de Dios que se ha hecho vida en la intimidad de mí ser. Para Romero hay que convertirse en el micrófono de Dios.
El contenido de la fe cristiana: creer que Jesús es el Señor y que Dios lo ha resucitado de entre los muertos. Para los cristianos esa gran promesa de la historia ya es una realidad. Cristo es la personificación de la historia de la salvación.
La conclusión que Romero hace es una invitación a tener fe, a creer de verdad. Que desde la fe se ilumine la política, que esa fe lleve a construir la historia. Exhorta a no hacer un proyecto humano, sino el proyecto de Dios, que convierta la historia del país en historia de salvación. Que Cristo sea la luz que ilumine todo, para que la patria se convierta en antesala del reino de Dios.

Tercera parte: Aplicación a la Realidad

Para terminar monseñor Romero hace referencia a la vida de la iglesia y a los hechos de la semana. Primero manifiesta que el trabajo de la iglesia es muy distinto al trabajo del gobierno político, pero que deben convergir hacia adorar al único Dios. Agradece la solidaridad que le han manifestado por diversos motivos: Por su tercer aniversario como Arzobispo; con motivo de las calumnias de que fueron objeto agentes de pastoral, hace mención de una carta que llegó de la vicaría de Chalatenango, en la que se protesta por las calumnias y difamaciones contra el arzobispo, los sacerdotes, los religiosos. Agradece la solidaridad que ha llegado de diversos sectores a la carta que se dirigió al presidente de los Estados Unidos. Agradece las muestras de cariño y solidaridad por haber recibido el doctorado honoris causa de la Universidad de Lovaina; destaca el telegrama de la municipalidad de Santa Ana. Se solidariza con el atentado que sufrió la UCA. Hace mención de una carta de más de cien jóvenes que no pudieron ingresar al Seminario, ellos piden que no se les olvide. Monseñor les responde públicamente diciendo que no se desesperen, que sigan preparando su vida espiritual y que se acerquen mucho al Seminario; agradece al Espíritu Santo por la abundancia de vocaciones.
Luego de los agradecimientos, hace un recorrido por las visitas que ha realizado. Visitó las comunidades de religiosas belgas en Quezaltepeque, Cojutepeque, Santa Cruz Michapa y dice que le hace falta visitar las de Santiago Texaguangos. Visitó el cantón Botoncillal, para bendecir unos matrimonios, esto fue captado por la televisión inglesa. Expresa que la tarde de ese domingo, habrá en Colón otros matrimonios preparados también por los catequistas. Avisa que el 1 de marzo a las 10:00 a.m. se ordenará de sacerdote al diácono Jaime Paredes. El próximo domingo se inaugurará el Sacrificio Voluntario para luchar contra el hambre que sufre el pueblo. Romero agradece a las escuelas, colegios y demás centro de educación católica por su pronunciamiento de solidaridad con el pueblo que sufre, y la grata noticia de que el miércoles de ceniza se hicieron actos de desagravios en diversos colegios católicos por las situaciones angustiosas que vive el país.
Para comentar los hechos de la semana, monseñor Romero expresa que hará una mirada a la política, no como político, sino como pastor que guía a un pueblo. El primer hecho que menciona es el atentado contra la radio, dice que los responsables son los miembros de la oligarquía que están desesperados y ciegos queriendo reprimir al pueblo. Hace mención de la bomba estallada en la UCA y de los asesinatos a tantos campesinos. Continúa dando el informe de Socorro Jurídico, sobre muchísimos cadáveres con señales de torturas; un promedio de seis cadáveres diarios sin identificar.
Romero comienza a citar ejemplos: el 20 de febrero en Mejicanos, dos cadáveres, dos hombres. 6 personas asesinadas en Tonacatepeque. En Aguilares, por lo menos 50 campesinos han muerto. El 21 de febrero fueron asesinados el doctor José Antonio Baires Zelaya y el bachiller Ricardo Alfredo Torres, empleados de la Procuraduría General de Pobres y quedaron heridos dos estudiantes de derecho. El asesinato del doctor Mario Zamora, por lo que el partido Demócrata Cristiano responsabiliza al mayor Roberto D`Aubuisson. El 21 de febrero en Suchitoto fueron asesinados los campesinos Jeremías Melgar y Osmar Acosta, se responsabiliza a los miembros de ORDEN; el último mencionado es pariente cercano del campesino Lucio Elías Acosta, asesinado en iguales circunstancias el 13 de febrero. El 21 de febrero en el cantón de Amayo, fueron asesinados por miembros de ORDEN los campesinos Teodoro Vega, Miguel Ángel Rivas Ruiz, Manuel Marroquín y Carlos Alvarado. Asesinan al profesor, José Abilio Torres Benavides, y por lo que va del año van 9 los profesores asesinados. Por sentido de amistad, Romero se solidariza con la familia del señor Edgar Béneke, arrollado por la ola de violencia.
Monseñor hace mención de las capturas ilegales que se están haciendo con presunción de ser desaparecidos políticos. El 14 de febrero capturan en Aguilares los campesinos Gabriel Antonio Menjivar Cornejo y Francisco Molina, 20 agentes de civil de la policía de Hacienda. El 16 de febrero capturan en Aguilares, la Guardia Nacional, a los campesinos Candelario de Jesús Alas, Silvestre Landaverde Cardoza, Pastor Escalente Escobar, Roberto Antonio Villanueva. Los campesinos Carlos Amilcar Linares y Rafael Antonio Linares, capturados el 14 de febrero, en San Salvador. La campesina María del Carmen Pérez, capturada el 15 de febrero, en San Salvador. El licenciado Jaime López y el señor Óscar René Aparicio, capturados el 19 de febrero de 1980, en San Vicente. Monseñor dice que al entrar al templo vio a la madre llorosa de Francisco Arnulfo Ventura, que fue capturado el 22 de enero, y que aún no aparece, es uno de los estudiantes capturados cerca de la embajada americana.
Resalta los ametrallamientos del colegio Sagrado Corazón, la casa del alcalde de Sonsonete. Así también, la bomba en el local de la Federación Sindical Revolucionaria el 19 de febrero. También el intento de dinamitar el local del sindicato de bebidas, el 22 de febrero. Dedica un espacio para denunciar el despido de 5 directivos de la Asociación de trabajadores de ANTEL, hace un llamado para que los artículos 191 de la Constitución y el 204 del Código de Trabajo se lleven a la práctica. Dice expresamente que la derecha a base de dinero ha logrado paralizar al Gobierno.
Romero hace un llamado fraternal, pastoral a la oligarquía para que se convierta. Cita a Juan Pablo II que al comenzar la cuaresma exhortó a los católicos a privarse de las riquezas superfluas, para ayudar a los necesitados como señal de penitencia. Menciona también las dos maneras de celebrar la cuaresma que Pablo VI había recomendado. Dice Romero que la mejor cuaresma es trabajar por la justicia social y por amor a los pobres, como se lo recomendó Juan Pablo II en su visita a Roma.
Después de señalar que ha recibido un aviso de estar en la lista de los que van a asesinar esta semana, hace un llamado a la conversión a las Fuerzas Armadas. Romero comenta que al parecer el Departamento de Estado de los Estados Unidos está condicionando la ayuda económica y militar. Dice que ha llegado una nota periodística, la cual expresan una advertencia de los Estados Unidos para los militares de El Salvador. Monseñor expresa que la carta que envío al Presidente Estadounidense algunos la catalogan como devastadora, pero el aclara que no ha querido devastar a nadie, sino pedir que la ayuda militar no sea incondicional. Ante este tema quiere finalizar diciendo que desea que la ayuda económica norteamericana se debe dar al pueblo salvadoreño.
Concluyendo la homilía, Romero quiere hacer un llamamiento a la conversión de todos los diversos sectores salvadoreños, se dirige a las fuerzas populares, les exhorta a que maduren para que lleguen a ser intérpretes de la voluntad del pueblo.
Romero hace referencia a una carta de carácter particular, sobre una familia de San Antonio Los Ranchos, que dicen que los nombres de José Gilberto Menjívar y Andrés Menjívar pertenecen a ORDEN, y que ellos saben muy bien que no lo son. Hace mención de otra aclaración que viene de Chalatenango, sobre la noticia en La Prensa Gráfica que un anciano fue asesinado por los subversivos, en ella se desmiente. Comenta la llamada de una triste madre que perdió a su hija en el Hospital San Rafael de Santa Tecla, suplica si alguna persona puede dar razón.
La homilía concluye diciendo que la historia del pueblo es muy densa, que consuela saber que la va iluminando la historia de salvación. La cuaresma es un llamamiento para amar la patria, para saber llevarla por el camino que quiere el Señor y no dejarse engañar. Termina invitando a proclamar la fe al igual que los Israelitas.

Comentario personal

La explicación que hace Romero sobre las tentaciones de Jesús en el desierto y su aplicación siguen siendo vigentes en nuestra realidad. Jesús está de frente al proyecto de Dios y al proyecto del mal. La invitación que Romero hace a todos es ver en cuál proyecto se ubican, a todos los niveles, a nivel social, político, religioso, familiar. Jesús ha vencido al proyecto del mal y se ha ubicado de parte del proyecto de vida, de justicia.
El llamado de Romero a una justa distribución de bienes es una tarea pendiente. En nuestra actualidad la brecha entre ricos y pobres sigue siendo cada vez más grande. La condición de pobreza aumenta, el desempleo. Ejemplo de ello es que cada día aumenta el comercio informal, los vendedores en los buses son incontables, la gente que pide en las calles, a eso le agregamos los desalojos de los vendedores que hace la Alcaldía. El problema de la mala distribución de los bienes sigue vigente. Esta desigualdad en la distribución de los bienes aumenta también la condición de violencia en nuestro país: las extorsiones, los robos en los buses, las maras, etc.
Romero expresa que los hombres en El Salvador se pelean por el poder, son idólatras del poder, son capaces de torturar, asesinar, de atentar contra la dignidad humana, todo por mantener el poder en sus manos. Lo que denuncia Romero en su homilía se sigue dando, con otra fachada, pero al final es lo mismo. La lucha por mantener el poder es un problema que palpita en la sociedad salvadoreña. Ejemplo es la sucia campaña de las elecciones presidenciales recién pasada, todo por miedo a no perder el poder; encontramos toda una manipulación, por todos los medios, todo por temor al cambio, buscando resguardar intereses personales, no de país.
Es interesante escuchar de un obispo que no hay necesidad de una religión triunfalista, ni de una política triunfalista. Con lo primero hay que decir que la religión de Jesús no sería triunfalista, en esto Romero ha dicho bien. A nivel eclesial esta expresión sigue siendo un llamamiento a volver al evangelio de Jesús, a un seguimiento de Jesús más jesuánico, no triunfalista, no apartado de la realidad y de la vida de Jesús de Nazaret. De igual manera, una política no triunfalista, sino que en realidad esté al servicio de la sociedad humana. Crear un sistema político libre de toda corrupción, donde se busque favorecer a las víctimas.
Es de considerar que Romero nos sigue exhortando a ponernos de parte del proyecto de Dios, que es un proyecto de vida, de paz, de amor, de solidaridad. En nuestra época es una tarea pendiente, ya que estamos viviendo un espacio de tiempo donde el egoísmo, el individualismo, el consumismo, la tecnología y la imagen absorben toda nuestra atención, donde los ideales comunes ya no son llamativos, es necesario ir haciendo presente el proyecto de Dios como forma de ir creando un mundo nuevo, con un nuevo orden de cosas.
Los mismos católicos expresamos muchas veces que la iglesia no se tiene que meter en político. Personalmente he escuchado a muchos feligreses y miembros de la jerarquía católica que la muerte de Romero él se la buscó, porque se metió en política y la iglesia no se tiene que meter en política. Es interesante la reflexión que hace Romero sobre la historia y el credo del pueblo de Israel, para ellos su fe era a la vez su política. La iglesia debe iluminar la historia, con la vida de Jesús, debe iluminar y hacer una crítica a todos los ambientes de la sociedad desde los valores del evangelio. Lo interesante es que cuando un Cardenal de la iglesia apoya un golpe de estado, allí no se dice que se metió en política. “Romero sí se metió en política”, dicen. ¿Será que meterse en política es malo cuando afecta a los que tienen el poder?
            El mensaje de Oscar Romero sigue vigente, en materia de orden político, social y religioso. Convertir la historia de nuestros pueblos en historia de salvación, para Romero ésta conversión no se hará tomando como modelo de vida, legal y de práctica religiosa el proyecto del mal. El problema que mantenemos en nuestro mundo es que vivimos en un sistema que es autodestructivo, es un proyecto con limitaciones, donde los que tienen el poder económico han asumido el mal como forma de vida. En este tipo de sistema autodestructivo no se toma en cuenta el proyecto de Dios, al que se refiere la homilía de Romero. El proyecto de Dios es totalmente distinto, es un proyecto que no destruye sino que genera vida, y genera una vida digna. Sigue siendo necesario que el mismo Espíritu que llevó a Jesús al desierto, conduzca a todos a un nuevo comienzo, donde recomencemos nuestra historia, asumiendo el camino de la cruz y así alcanzar la resurrección. Que ese mismo Espíritu que condujo a Jesús conduzca nuestra historia, para que nuestra historia sea historia de salvación.
            Me parece interesante cuando Romero cita a Pablo VI, en el tema de los métodos artificiales de la natalidad. El privar de la vida con la excusa de la falta de bienes, sabiendo que el problema no es la falta de bienes, sino que es la mala distribución. El problema que vivimos en la actualidad es el mismo, la mala distribución de la riqueza. El sistema imperante es así, excluyente, inhumano, donde lo que interesa únicamente es el capital. El servir la mesa para todos es una necesidad para nuestros pueblos tan sufridos.
            El espacio que da Romero en sus homilías para compartir la vida de la iglesia es de vital importancia, es manifestación de una iglesia participativa, inclusiva; no es una iglesia burocrática y diplomática, sino una comunidad donde todos somos la iglesia. Esto se convierte en un desafío, volver a la iglesia donde todos somos la iglesia.
            El momento de los hechos de la semana era muy esperado por el pueblo, me hubiera gustado experimentar lo que sentía la gente en ese momento. Es algo novedoso que en una homilía se digan este tipo de hechos. Es aquí donde la Palabra se hacía carne y habitaba entre el pueblo. Es aquí donde se volvía a escuchar la voz de Dios diciendo: ¡he escuchado el grito de mi pueblo!, ¡la vos de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra! Todo el reino de muerte, de injusticia, de opresión quedaba al descubierto; el sufrimiento de los pobres estaba siendo escuchado y denunciado. Romero en este momento hacía lo que nadie hacía, no decía cosas generalizadas, dicía hechos puntuales, con nombre y apellido, sin alegorizar. No sólo dice los nombres de las víctimas, sino también dice quienes son los asesinos, quienes son los responsables. Era el momento de la verdad, las tinieblas quedaban al descubierto.
            Romero sabía lo bien que la gente se sentía con sus palabras, y es por ello que le daba tanta importancia a la radio, la cual sufre un atentado del cual se narra en la homilía. Es importante destacar lo que la radio hacía; monseñor Romero la cataloga como un medio para que la Palabra de Dios llegue al corazón de los hombres, para que el pueblo conozca la verdad, para que el pueblo tenga criterios para juzgar lo que está pasando en el país. Esta palabra se convierte ahora en un fuerte llamado para los medios de comunicación social de nuestro país. Estamos rodeados de medios de comunicación que sirven a los intereses de los poderosos económicos del país; en su mayoría los medios están de una parte, no son imparciales, están sumamente parcializados y venden su “verdad” de la realidad. Los medios de comunicación católicos, en su mayoría, están patrocinados por los que tienen dinero en este país, esto implica que estén de la parte que los mantiene con vida, por tanto no conviene comprometerse con un cambio social, político, económico del país, simplemente hay que comprometerse con querer la conversión personal de los fieles.
            Monseñor Romero hace el llamado a vencer el proyecto del mal como Cristo ha vencido en nombre de toda la humanidad. Este llamamiento debe seguir llegando al corazón de los seres humanos, para que haya un verdadero compromiso por construir un mundo nuevo, una sociedad nueva, una familia nueva. Compromiso que nos haga construir el reino de Dios entre nosotros. Este llamamiento sigue latente para todos los sectores, a que se dejen a un lado los intereses de unos pocos para velar por mejorar las condiciones de vida para todos. El llamado a la conversión del corazón que hace Romero en esta homilía sigue siendo la voz que clama en el desierto de nuestra realidad llena de maldad y violencia.
            De igual manera, la invitación de Romero a leer la Biblia es muy importante. Todos los fieles deben leer la Palabra de Dios para poner frente a ella la realidad, no una lectura intimista, pasiva y fundamentalista. La lectura de la Biblia que recomienda Romero no es una lectura estéril, es más una lectura donde la Palabra se encarna nuevamente y habita en medio de la comunidad. La lectura recomendada es el encuentro con la vida de Jesús para que podamos vivir según el querer de Dios. Dios es el que ilumina nuestra historia, con su Palabra que cambia el corazón del hombre, que cambia la política, que hace que la humanidad se ponga de parte del proyecto de Dios y deje a un lado el proyecto del mal.   
            Otro aspecto importante que hay que rescatar en las homilías de monseñor Romero es la referencia que hace siempre al magisterio de la iglesia. En esta homilía ha parafraseado a Pablo VI para apoyarse en el tema de la justa distribución de los bienes en El Salvador. De igual manera ha usado las palabras de Juan Pablo II en el tema de trabajar por la justicia social. Así también al comenzar la homilía, para explicar el tiempo litúrgico que había iniciado la iglesia, se apoya de una cita del Vaticano II. Lo que queda claro es que Romero en sus homilías ha sido fiel al magisterio de la iglesia. También podríamos decir que hace fuertes llamados a convertirse a la misma iglesia, pero esto es justo y necesario hacerlo, es parte de ser fiel a la iglesia, decirle cuando se está alejando del proyecto de Dios.

Boris Rivera